Un gran ejemplo…
Mujer keniana de
78 años comenzó su
educación básica
para cumplir su sueño de
entrar a la política.
Su caso impuso desafíos a sus profesores.
Mariana Ong’ango Ololo es una abuela de 78 años que llegó sin previo aviso
a la escuela primaria Obambo en Yenga, en el suroeste de Kenia hace un par
de meses.
Se puso el uniforme completo, rapó su cabeza y con una bolsa en la espalda,
caminó junto a su hijo George de 56 años, dos kilómetros desde su casa en
Siaya, para asistir a la escuela. La noticia que fue publicada por el periódico
africano Daily Nation dio la vuelta al mundo.
Es que asombra que una anciana tenga la fuerza y agallas para enfrentar el
desafío que significa estudiar a esa edad y compartir al ritmo de los niños.
“Al principio fue difícil para nosotros dejarla ir a clases y pensamos que todo
era una broma, pero al final no tuvimos más opción que apoyarla en alcanzar
sus metas”, declaró su hijo al medio de Kenia.
Es que su sueño es entrar a la política y para ello, es necesario obtener sus
estudios básicos.
La idea surgió con la elección de Uhuru Kenyatta de 51 años, el pasado
abril como presidente de Kenia.
“Kenyatta no es un hombre viejo, pero pudo llegar a la presidencia por su
educación, lo cual es un gran indicador que una persona puede escalar alto
en la sociedad si ha estudiado”, declaró Ololo al Daily Nation.
Abuela imparable
Sin embargo, la entrada de la anciana a la escuela no fue tan fácil. Como
llegó sin aviso, las autoridades se tomaron una semana para integrar a la
señora Ololo al salón de clases.
El motivo es que los profesores debieron reunirse para discutir cómo le
enseñarían a un adulto mayor, entre medio de los 86 chicos que forman
la escuela. “Es un caso único. Tenemos que establecer una estrategia
de manejo de un alumno anciano”, dijo el Joseph Mulo, director del
establecimiento.
Pero además, Mariana Ong’ango Ololo, madre de ocho hijos y viuda desde
2002, tiene una salud frágil, fuma y está faltado a la escuela algunos días
debido a una enfermedad.
Pero su hijo George Ololo ex alumno de la misma escuela, le tiene fe.
Cuenta que su madre decidió cuidarse y dejar el tabaco en la escuela.
Dice que siempre ha sido muy activa en la política y que ha participado
en varias campañas de elecciones de representantes para el gobierno.
De hecho, es una de las pocas mujeres en su pueblo que lo hace.
“Ella es una gran agente movilizador. Cada vez que apoya a un candidato
en particular es imparable”, aseguró su hijo, George y nombró al ex
concejal del área Adero Kayenga y al ex diputado Edwin Yinda, como
ejemplos.
Es por esta razón que le urge estudiar, sabe de su fuerza y habilidades
y reconoce que le falta adquirir los conocimientos que le permitirán
desenvolverse mejor.
“Siento que cada vez que me dirijo a los visitantes extranjeros que
vienen con mis hijos no hablo desde mi corazón. Me gustaría poder
hablar con ellos directamente”, declaró.
Además, su hijo comenta que a su madre le fascina todo lo digital y
quiere aprender ahora, ya que el actual gobierno planea introducir
contundentes avances en el área.
Sea cual sea el desenlace de esta ejemplificadora abuela, ella ya
está orgullosa de haber entregado educación a sus hijos.
“Mi esposo Andrewo Ololo trabajó duro y educó a todos nuestros hijos.
Lo que hizo fue ejemplar, porque sus ganancias eran escasas”,
explicó la abuela. Uno de sus hijos es diseñador gráfico y vive en Bélgica,
mientras que otro está a punto de tener su maestría en Sudáfrica.
Pero ella sabe que nunca es tarde y ahora es su turno. De seguro,
no descansará hasta poder dedicarse a su gran pasión, la política.
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